lunes, 29 de diciembre de 2014

¿CÓMO ENFRENTAR LAS PRUEBAS DE LA VIDA?

 ¿A quién le puede gustar una prueba? ¿Recuerdas las emociones que despertaban las pruebas cuando estabas en la escuela quizá en Primaria, Secundaria o Prepa, Uni? En lo que a mí respecta eran… Días de espanto, de dolores intensos de estómago, de desvelos. No importaba cuánto tiempo hubiera invertido en prepararme, siempre me causaban malestar. Cuando concluí mis estudios no advertí que las “pruebas” y sus horribles efectos habían por fin, desaparecido de mi vista, debí haber suspirado con todas mis fuerzas, no, debí de haberlo celebrado con la mejor de las fiestas, no, debí haber girado con los brazos abiertos, como si estuviera volando, sintiendo una libertad que jamás había experimentado. ¡Adiós escuela y adiós pruebas!

Inocente de mí, el camino hacia la madurez, viene acompañada de un sinnúmero de pruebas de diferente índole, que nos acompañarán durante el período de vida que Dios nos haya destinado.
En mis primeros años con Cristo, tuve la sospecha de que Dios tenía “preferidos”, de que eso de que él estaría conmigo, no era algo tan confiable, a veces tenía el mismo sentimiento que asaltó al Rey David, cuando en algunos Salmos declara que Dios se tardaba, aun cuando lo veía llorar en su lecho. ¡O que se había olvidado de su existencia!
Viendo algunos aprietos en los que el Pueblo elegido de Dios se encontró, fui comprendiendo que yo estaba muy alejada de la verdad.
Consideremos Éxodo cp. 13 y 14, apreciamos que por fin el pueblo de Israel había sido liberado de un largo tiempo de esclavitud, justo después de una serie de prodigios y señales que Dios hizo frente a ellos y frente al Faraón y los egipcios a través de Aarón y Moisés.
Y justo en ese momento de ¡LIBERTAD! Empiezan a caminar en el desierto y a enfrentar muchas “pruebas”.

Éxodo 13: 21 y 22 dice: “Y Jehová iba delante de ellos de día en una columna de nube para guiarlos por el camino, y de noche en una columna de fuego para alumbrarles, a fin de que anduviesen de día y de noche. Nunca se apartó de delante del pueblo la columna de nube de día, ni de noche la columna de fuego”.
Dice aquí que Jehová iba delante de ellos, para guiarlos por el camino, ese era su propósito, la columna de fuego y de nube constituían manifestaciones de la presencia guiadora y protectora de Dios.

Ex. 14:1 Y 2 “Habla a los hijos de Israel que den la vuelta, y asienten su campo… Los israelitas ahora habían completado su viaje de 3 días, y en Etam tenían que decidir si celebraban su proyectada fiesta y volverían, o si marcharían adelante por la cabeza del Mar Bermejo al desierto, con miras a una partida final.

Ya estaban en los límites del desierto, y una marcha corta los pondría fuera del alcance de seguimiento, pues los carros de Egipto podrían hacer poco progreso sobre la arena seca y blanda. Pero en Etam, en vez de continuar la marcha hacia el este con el mar a la mano derecha se les mandó de repente doblar hacia el sur, teniendo el golfo a su mano izquierda; una ruta que no sólo los demoraba sobre los confines de Egipto, sino que, al tomarla, ellos dieron la espalda a la tierra que ellos habían salido a poseer.Un movimiento tan inesperado, y cuyo propósito estaba cuidadosamente oculto, no pudo sino excitar el asombro de todos, aun de Moisés, aunque, por su fe implícita en el poder y la sabiduría de su Guía celestial, él obedeció.

El objeto era el de atraer a Faraón a la persecución, a fin de que el efecto moral, que los juicios sobre Egipto habían producido al libertar al pueblo de Dios de la servidumbre, llegara hasta las naciones, por medio de los terribles acontecimientos que iban a desarrollarse en el Mar Bermejo.
Él los guio a un “callejón sin salida” y además dice en los primeros versículos del cp. 14 que Él iba a endurecer el corazón del Faraón para que los siguiera al desierto. Así que se encontraron con el Mar Rojo frente a ellos, con una profundidad en algunos lugares que alcanza hasta los 3,000 m.

Toda esta información apunta al hecho de que Dios los metió en este espantoso apuro.
¿En dónde estaba su protección? ¿En dónde estaba su amor? ¿Por qué los guio justo a ese punto de total desventaja?¿Cuántos infortunios has tenido que enfrentar aun creyendo en Dios? ¿Te ha parecido que Él en lugar de estar de tu parte está en tu contra?

El pueblo de Israel en el vs. 11 exclama alarmado y confundido: “¿No había sepulcros en Egipto, que nos ha sacado para que muramos en el desierto? ¿Por qué has hecho así con nosotros, que nos has sacado de Egipto?  Por lo general todos hemos alcanzado a constatar de una manera o de otra que Dios está con nosotros, pero nos desconcierta toda clase de infortunios que hemos tenido que enfrentar y a veces pareciera que Dios está atentando contra nuestra propia vida.
Recuerdo hace años, que estaba pasando por algunas pruebas….Una tras de otra. Y literalmente pensé es como si Dios quisiera ¡“terminar conmigo”! Unos días después estaba escuchando la conferencia de una hermana en Cristo con mayor madurez…ella se encontraba hablando precisamente de la etapa en la que nos sentimos como si fuéramos puestas en el “horno” y nosotros pensamos ¡“ya se le pasó la mano”!, pero resulta que, falta el “otro lado”, todo este espantoso proceso, Dios lo permite para ir disolviendo nuestro mal hábito de nuestra auto-dependencia, para quitar nuestra confianza en nuestra limitada suficiencia.

Cuando hay quebrantamiento y entendemos que no está en nuestras manos poder “resolver” lo insalvable tenemos 3 opciones a considerar:
1. Rendirnos, permitir el desánimo y “tirar la toalla”.
2. Combatir en nuestras fuerzas y con nuestros recursos limitados, cansarnos y alcanzar muy poco.
3. Confiar en Dios.

Nuestra manera de percibir las cosas, confiando solo en nuestros sentidos, nos tenderán trampas de desconfianza y de recelo como en el caso de este pueblo ante la encrucijada.
Dejaron de contemplar y de recordar todo lo que Dios había hecho a “su favor” y en la primera prueba hacia su libertad hubo “duda”. Esa “duda” nos desvincula de la mano poderosa que en Su soberanía, omnisciencia y poder ha considerado ya la “puerta de esperanza” que abrirá para que nosotros pasemos atesorando esas grandes “lecciones de vida” ante las cuáles Dios ya ha tomado las provisiones necesarias.Cuando estaba más joven, aunque aún lo soy, yo me confundía y le comentaba a mi esposo ¿Por qué Dios permite tantas pruebas en nuestra vida? Y él tranquilamente y con toda la paz del mundo me contestaba: “¡Es parte de tu entrenamiento”!

“La verdad esa respuesta no me gustaba y menos cuando vez tras vez me repetía lo mismo. Pasando los meses otra vez, por una circunstancia totalmente diferente, pregunté otra vez, pero sin dejar que contestara, lo amenacé, y le dije: “¡Si vuelves a decir que es parte de mi entrenamiento”! te mató….
Cuando por fin asimilé porqué me decía eso, empecé a contestar a quiénes me preguntaban ¿por qué se encontraban en medio de pruebas?: “¡Es parte de tu entrenamiento”!
Israel puso sus ojos sólo en las circunstancias, nunca consideró que justo en el Mar Rojo el que moriría sería su mortal enemigo.

La respuesta apropiada al poder de Dios es:

• el temor reverente,
• la confianza y
• la obediencia.
Al igual que Israel, nosotros tenemos que aprender esta lección vez tras vez. Moisés dijo al pueblo: “No temáis, estad firmes, y ved la salvación que Jehová hará hoy con vosotros, porque los egipcios que hoy habéis visto, nunca más para siempre los veréis. Jehová peleará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos”. Nunca, tal vez, fue tan severamente probada la fortaleza de un hombre como la del dirigente hebreo en esta crisis, expuesto como él estaba a peligros diversos e inevitables. Y ¿de dónde resultó este valor? El veía la nube milagrosa que todavía los acompañaba, y su confianza provenía solamente de la esperanza en una intervención Divina, aunque, tal vez, él habría buscado la liberación esperada en todas partes, menos en la dirección del mar.


15-18. Jehová dijo a Moisés: ¿Por qué clamas a mí? Cuando en contestación a sus oraciones, recibió el mandato Divino de avanzar, no dudó más, acerca de la clase de milagro por el cual la salvación de su enorme responsabilidad sería efectuada.
21. “Extendió Moisés su mano… La agitación de la vara fue de grande importancia en esta ocasión para dar testimonio público en presencia de los israelitas reunidos, tanto del carácter de Moisés como de la misión Divina a él encomendada. “Hizo Jehová… recio viento oriental toda aquella noche—Supóngase una marea menguante, causada por el viento, que levantara el agua a una gran altura de un lado, además como no sólo había “tierra seca”, sino, según el tenor del relato sagrado, un muro a a derecha y a la izquierda, sería imposible, sobre la hipótesis de tal causa natural, levantar el muro al otro costado. Es imperativa, pues, la idea de una interposición Divina; y, suponiéndose que la travesía fuera hecha al Monte Attakah, o a la boca del Wady-Yawarik, un viento oriental cortaría el mar en aquella línea.

La palabra hebrea “kedem”, sin embargo, traducida en nuestra versión “oriental”, significa en su acepción primaria “previo”; de modo que este versículo, tal vez, podría traducirse “Jehová hizo que el mar retrocediera toda aquella noche por un fuerte viento previo;” traducción que quitaría la dificultad de suponer que las huestes de Israel marchasen sobre las arenas contra una impetuosa columna de viento, bastante fuerte para amontonar el agua a cada lado de un camino seco.
22. “Los hijos de Israel… por medio de la mar… Es muy probable que Moisés, junto con Aarón plantaran sus pies sobre la arena nunca antes pisada, alentando al pueblo a seguirles sin temor de las murallas traicioneras; y cuando tenemos en cuenta las multitudes que le seguían, el número inmenso de los que por su infancia o su vejez eran incapaces de apresurar sus movimientos, junto con todas las pertenencias del campamento, el carácter fuerte y firme de la fe de los dirigentes fue manifestado notablemente (Jos_2:10; 4:23; Sal. 66:6; 74:13; 106:9; 136:13; Is._63:11-13; 1Co_10:1; Heb_11:29).

23. “Siguiéndolos los egipcios, entraron tras ellos hasta el medio de la mar”… Por la obscuridad causada por la nube interceptora, es probable que ellos no supieran en qué terreno estaban avanzando: oían el ruido de los fugitivos delante de ellos, y seguían adelante con la furia de vengadores de sangre, sin soñar con que estaban sobre el lecho del mar que se había secado.
24. “Jehová miró… desde la columna de fuego y nube, y perturbó el campo de los egipcios” Suponemos que el lado de la columna de nube hacia los egipcios fuera repentinamente, y por breves momentos, iluminado con una llama de luz, que al venir en una refulgente llamarada sobre la densa obscuridad que la precedía, de tal manera que espantaría a los caballos de los perseguidores que se abalanzarían unos contra otros en la confusión y se pondrían indómitos. “Huyamos de delante de Israel”, fue el grito que resonó por las formaciones rotas y tambaleantes; pero fue demasiado tarde; todas las tentativas de huida eran vanas. (Bush.)

27. “Moisés extendió su mano sobre la mar”… ¿Qué circunstancias podrían demostrar más claramente el carácter milagroso de esta transacción que el hecho de que a la agitación de la vara de Moisés, las aguas, dividiéndose dejaron seco el lecho, y que al hacer el mismo movimiento en la otra ribera, las aguas volvieron, juntándose con una furia instantánea? ¿Es tal el carácter de alguna marea menguante?

28. “No quedó de ellos ni uno”… Es sorprendente que, con semejante declaración, algunos escritores inteligentes afirmen que no hay evidencia de la destrucción de Faraón mismo.

30. “Israel vio a los egipcios muertos a la orilla de la mar”. La marea los arrojó y dejó multitudes de cadáveres sobre la playa, resultado que trajo mayor infamia sobre los egipcios, que por otra parte tendía a encarecer el triunfo de los israelitas, y sin duda los enriqueció con armas, las que no tenían antes. La ubicación de esta travesía famosa todavía no ha sido fijada satisfactoriamente, y probablemente nunca lo será.

Algunos la colocan en la vecindad inmediata de Suez, donde se dice que la parte del mar es más propensa a ser afectada por un “fuerte viento oriental”; donde el camino del desfiladero de Migdol (ahora Muktala) conduce directamente a este punto; y donde el mar, de sólo 3 kilómetros de ancho, podría ser cruzado en poco tiempo. Pero la vasta mayoría, sin embargo, que han examinado este lugar, rechazan esta opinión, y fijan la travesía, como también la fija la tradición local, como a 16 o 19 kilómetros más al sur al Wady-Tawrik.
“El tiempo del milagro fue de toda la noche, en la estación del año también, cuando la noche tendría un término medio de duración. El mar en este punto tiene una anchura de 9 a 12 kilómetros. Hubo así tiempo suficiente para que pasasen los israelitas desde cualquier parte del valle, especialmente considerándose su excitación y animación por la interposición favorable y maravillosa de Dios a su favor”. (Wilson.)

Debemos aceptar la autoridad y la verdad de la Palabra de un Dios que nos ama, que conoce las profundidades de nuestro corazón, que está comprometido a seguir haciendo la obra que inició el día que tuvimos un encuentro personal con él, hasta el día de Cristo.
Conocer el carácter, la esencia de nuestro Dios nos conducirá a dejar a un lado toda “sospecha”, “duda”, “miedo”, “incertidumbre”, “confusión”, “preocupación”, etc. etc.

Nos impulsará a creer cuando Él nos dice que a los que le amamos todas las cosas, nos ayudan a bien y que ninguna cosa creada nos podrá separar de su Amor.
La justicia, el amor, la omnisciencia, el poder, nacen de Él, no de nuestra naturaleza caída aunque regenerada por Gracia a través de nuestro Salvador amado Jesucristo.
Todas esas emociones y pensamientos malsanos no persiguen más que un fin, alejarnos de Aquél que es el único Suficiente y Misericordioso para llevarnos de triunfo en triunfo y de gloria en gloria.

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